30 sept 2009

Una historia de verano

Esta es una historia que escribí en verano, un final alternativo a la realidad.........



Un verano




No sé cómo terminé así, mirando directamente a sus ojos y él a los míos a una distancia peligrosamente corta, tanto que podía sentirse la tensión que había entre nosotros para todos aquellos que nos observaban.



Había terminado la hora del almuerzo, y regresaba tranquila al taller después de haber comido agradablemente junto a mis dos amigas: Sophie y Karina.


Estaba entusiasmada, después de la mañana rutinaria en el taller, íbamos a hacer algo nuevo: retrato y movimiento de dos personas de manera simultánea; era una gran idea y yo me moría de ganas por hacerlo ya que había practicado un poco en casa con anterioridad.


Así que empezaron a girar las botellas para escoger a los modelos, debían ser un chico y una chica; de entre las chicas salí yo, lo cual me desilusionó un poco ya que quería dibujar, pero era un sacrificio que estaba dispuesta a hacer ya que yo no postulaba a la universidad, aunque mi fascinación era el arte; mas la desgracia vino a mi cuando vi al modelo masculino: Joel, un chico que conocí dos años atrás en una academia de preparación para escolares y que por algún motivo me atraía y desagradaba al mismo tiempo.


Era de tamaño relativamente alto, no como Charlie que medía 1,95 m. sino unos 10 cm. más bajo, tenía un aspecto que más asemejaba a un niño que a un hombre pero por la manera en que sobresalían aquellas parte de su rostro que había olvidado afeitar, hacía dar cuenta de que era un adolescente.
Al igual que yo, el ya tenía una vacante en la universidad, pero el cambiaba de facultad. En fin, toda su actitud de parecer chico de novela y luego ser un patán me disgustaba mucho y a la vez me agradaba de una manera inconcebible.
Al final no pude oponerme ya que Sophie me decía que no importaba; me apegué a esas palabras para pasar el trago del disgusto.


La posición que debían de dibujar era esta: nosotros debíamos estar sentados uno al lado del otro en un sofá, nuestros rostros debían estar uno frente al otro, mi mano derecha y su mano izquierda debían estar casi juntas, mi mano izquierda debía estar posicionada en su mejilla derecha y su brazo derecho debía estar alrededor de mis hombros.
Esa posición me desagradaba, deseaba fervientemente que Roxana y Javier estuvieran aquí para hacer esto, o al menos la chica que le gustaba a Joel, Risa; al menos con ella sería menos vergonzoso.


En nuestras miradas se notaba el disgusto que había por esto, al menos en la mí había una mezcla de lástima y pena, una mirada con la que siempre le he tratado. Así que decidí poner una mirada amable y una expresión un poco seria para que al menos bajara la tensión.


¡Pero qué incómodo!, me dolía el brazo que estaba en su cara, al menos no nos tocábamos las manos, y el que me obligara a acercarme a él no ayudaba. Hacía un tiempo que empezaba a intuir algo sobre él y era imposible, pero seguía rondando por mi mente y a mi alrededor: cuando él veía a Risa era casi como si sus amigos desaparecieran pero al mismo tiempo era como si me lanzara miradas que preguntaban acerca de mi actitud hacia él o sobre ella, como si fuera un reto o un permiso. En ese sentido su imaginación parecía como si volara (más de los que ya era a causa de la marihuana).


Mientras me detenía a pensar en eso , era como si los demás no existieran, como si la tensión se hubiese desvanecido y me di cuenta de que estábamos peligrosamente cerca, muy, pero muy cerca. Hasta ese momento no había notado que había dejado de mirarme con altivez y desconcierto, no reconocí esa mirada sino hasta que recordé a Risa y como él la miraba.


¿Acaso para sobrellevar esta situación la imaginó a ella y se olvidó de mi existencia?, me disgustaba esa idea, pero era la más real que había y era de esperarse. Me enfadé y bajé la mano, aparté la mirada y me retiré alegando cansancio y sed; no sabía cuanto tiempo había estado así, ¿una hora? ¿dos? o sólo unos minutos.


Ya fuera y con una botella de jugo en la mano pude relajarme de todo lo que había pasado. ¿En qué estaba pensando? Él estaba en todo su derecho de aprender a sobrellevarlo de la manera que quisiera y el sólo recordar su cara en el momento en que me di cuenta me disgustó; ¿por qué no solo pensaba en su madre o en su hermana mayor? Una expresión de afecto entre hermanos hubiese estado mejor que esa expresión melosa en sus ojos.
¡Tonta!¡tonta!¡tonta!, ¿por qué expresaste tu furia?¿por qué simplemente no parpadeaste y retirabas la mano con calma?¿por qué?


  • ¿Jane?


¡Oh, no! Conocía esa voz, ¿acaso salió detrás de mí? ¿o era un pedido del director para que volviera?


  • Henry dice que ya descansamos lo suficiente, pero que estuvo bien la posición al menos por esa media hora.


¡¿Media hora?!, no sabía que había pasado tanto y tan poco al mismo tiempo.


  • ¡Ya voy! ¡qué odioso, ni siquiera me deja tomar algo de agua! Estúpido cretino que insiste en algo que decidí no hacer?
  • ¿Qué dijiste?
  • Nada, solo me quejo acerca de la actitud de Henry para conmigo, es demasiado optimista.
  • ¡Oh! Es sobre tu postulación a la universidad, que ¿decidiste que definitivamente no vas para arte?
  • Al menos no por ahora, no lo voy a dejar, es solo que quiero terminar la carrera que escogí primero.
  • ¿Es por eso que te critica menos?
  • Supongo, pero no creo que mi dibujo esté tan mal como para criticarlo más - me volví hacia él porque hasta el momento estaba de espaldas, y me di cuenta que nuevamente estaba cerca, casi peligrosamente cerca.
  • Tampoco creo que tu línea este mal, pero creo que hay algo que te da miedo.
  • Muy gracioso, y ¿se puede saber qué crees que me da miedo?
  • Quizás es muy sencillo, te da miedo estar cerca de mí.
  • ¿Por qué demonios crees que me das miedo?
  • Simple, por tus ojos, son muy expresivos y explican el miedo claramente, al menos así parece cada vez que te veo detenidamente - agregó en su defensa.
  • ¡Qué tontería! No te tengo miedo, sino es algo más parecido a lástima, sabes bien de que hablo, recuerda el incidente que hubo hace dos años.
  • ¡Oh! Ese incidente. Si lo recuerdo.
  • Bien espero que eso baste porque la verdad no te he perdonado.
  • ¡Oh, vamos! Éramos chiquillos, teníamos dos años menos, qué....
  • ¡Tú tenías la edad que yo tengo ahora!, ¿realmente no te das cuenta lo inmadura que fue tu disculpa y luego tu actitud para conmigo? ¿no te acuerdas de los eventos posteriores?
  • ¿Cuáles?
  • ¡Oh! ¿cuáles? El chico no se da cuenta? calma, te renuevo la memoria con una palabra: TOR-TU-GA.
  • ¡Ah, eso! Solo era para actuar, solo para.....
  • ¡¿Atraer más la atención del público?¿hacer que nos pusieran más puntos? ¿a costa de que me humillaras públicamente?, ¿cómo crees que me sentí cuando estábamos actuando?, sé que era una escena vergonzosa, pero tú parecías, no, creías que eras el llanero solitario, te pusiste a hacer esos ridículos movimientos, y yo estaba ahí, yo era la tortuga y tú el pescador, que se supone esta debía llevar hacia el fondo del mar; yo no era ni soy uno de tus amiguitos, que te aguantan cualquier porquería que se te venga a la cabeza. Espero que esto te quede claro Joel Olivera Torres, nunca hagas mofa de tal magnitud a nadie, porque la gente no es como yo, que solo se disgustan, porque además de humillación hieres el orgullo propio y viene la venganza, y eso, te va pesar.


Me fui directamente hacia el taller, antes de que alguien más viniera a por nosotros.
La expresión en su rostro era la misma de siempre: algo altiva y con una mirada casi indiferente. Sabía que ese discurso sobre moral y sobre lo ocurrido no iba a funcionar; sin embargo, se sentía tan bien haberle dicho todo lo que tenía conmigo dentro, que me puse a sonreír cuando estaba posando.


Fue entonces cuando me puse a recordar la conversación: "....al menos cuando te miro detenidamente...."
¡Shock! ¡¿qué fue lo que dijo?! Definitivamente eso es algo que mi imaginación debió inventar a causa de la satisfacción. Por ello la sonrisa se desvaneció hasta convertirse en una expresión melancólica y mi rostro empezó a recobrar la compostura con la que había empezado; para ello me obligué a recordar cosas sobre la preparatoria, mis amigas y las salidas que tuvimos juntas, las escapadas de la preparatoria y las películas que veíamos luego en la Facultad de Ciencias Sociales.....
  • Ya pueden descansar, terminamos - dijo el asistente de Henry, Rodrigo, un chico que ya estaba en la facultad.
  • ¡Al fin! - dije yo - Creo que se me adormeció la mano, iré afuera para tomar aire - les dije a Karina y Sophia, mis amiga que ya terminaban con los detalles del dibujo.
  • OK, pero espera un minuto, mira hacia allá por favor, quiero terminar la expresión de tus ojos.
  • OK, date prisa, me estoy sofocando.
  • ¡Ya está! Ya puedes ir.
  • Domo, Sophie - san.
  • Uhm... nandemonai Jane.


Reímos juntas al ver la cara de Karina, quien no entendía nada de los decíamos.
Afuera corría un viento tibio y reconfortante, me acerqué a la bodega que había que había al lado del taller para comprar un refresco.
Cuando salía vi Joel encaminarse a donde estaba yo, pero pasé de largo y crucé la calle para ir a la fuente que estaba en medio del parque frente al taller.


Definitivamente, a veces creo que mi cabeza juega con mis ojos, porque justo después de sentarme en una de las banquetas que rodean la fuente vi a un Joel con cara de dolor acercarse hacia donde yo estaba ....


  • Uhm....
  • ¿Algo que pueda ofrecerte?.....¿¿Joe??
  • Yo.. Lo siento.
  • No importa, solo quería decirte lo que había pasado y la humillación que sentí en ese momento; fue hace dos años, así que no hay nada que hacer excepto decirlo.
  • Es solo que? ¿Por qué no dijiste nada en ese momento?
  • Porque era muy chica, estaba tan aturdida y avergonzada que en ese momento pensé solo en olvidarlo, pues nunca creí que volvería a verte, al menos lo suficiente como para hablarte, hasta que llegué a este taller. Si tan solo hubiese sabido.......
  • ¿Qué yo estaba?, ¿tanto así me detestas?

  • La verdad, no te detesto del todo, pero ya tenía todo superado y la cólera y la vergüenza estaban fuer, que todo regresó en cuanto te vi. La mera verdad no te detesto mucho, pero si creo que eres algo.... despreciable, al menos eso creo yo, pero no lo hago creer a nadie más - agregué de manera apresurada porque era la verdad.
  • ¿Por qué crees que soy despreciable?
  • Uhm... - tomé aire antes de decirle lo que había pensado - Primero: te gustaba mi amiga del colegio en la preparatoria, y a pesar de que lo negabas, tus ojos te desmentían. Segundo: pese a ello tenías enamorada, y además flirteaste con otras chicas ahí. Tercero: tienes una especie de actitud arrogante en cuanto a ....cómo dices que eres, tienes, haces y actúas, y eso me friega la paciencia. Cuarto: a pesar de que me conocías y ,aparentemente, no tenías nada en mi contra, no hablaste conmigo sino hasta que yo lo hice, cosa que no tenía pensado hacer, pero en fin. Quinto: las veces anteriores que nos hemos visto, has hecho de el señor indiferente , al menos conmigo. ¿Alguna otra razón más?
  • De acuerdo - dijo entre risitas - tienes razón, pero eso parece más un lío entre tú y cómo te trato a ti en específico que yo mismo.
  • ¡Oh! - empecé a decir mientras sentía de que me ruborizaba - ¡Vaya!, el señorito quiere más razones; está bien, aquí van las otras: eres un discriminador de primera, y ello se describe con una palabra que inventaste en la preparatoria para aquellos que venían de provincias lejanas, ¿te acuerdas?, ¿era...pashae?; ni siquiera tienes escrúpulos cuando ves a alguien, explicación, no detuviste a tus amiguitos y sus acusaciones hacia mi amiga, también?
  • ¿¡Ya!? - me interrumpió, de nuevo con esa cara adolorida de antes - está bien, lo lamento, tienes razón, soy de lo peor.
  • ¿Lo ves?, hasta tú admites que eres un cretino. ¡Ah...! - suspiré - se siente tan bien sacar todo eso de la conciencia......
  • Bien por ti. ¿Ya terminaste?
  • Si, ya terminé, ahora, ¿había algo más de lo que querías hablar? - cerré los ojos, porque me invadía la satisfacción.
  • Si.... yo..... lamento todo lo que pasó, era un chico de 16 años, se que tenía la edad que tienes ahora, ya entiendo eso de que las chicas maduran antes, y siento mucho de verdad que te sintieras así por culpa de mi arrogancia?
  • Y dale con lo mismo, ya no importa, ya? - abrí los ojos en esta última frase y lo vi sentado delante de mí con la cabeza gacha y una expresión de lamento en su rostro - pasó...... ¿Oye?, ¿qué es lo que pasa?, ¿es una broma? - dije cuando vi por completo su rostro con lágrimas cuando lo levanté.
  • Es que yo.... es que tú.........a mí... me importa como tú te sientes con respecto a mí, porque tú, has sido amable conmigo todo el tiempo, más de lo que merecía teniendo en cuenta como me he comportado contigo..... incluso me confesaste los sentimientos de Risa hacia mí, me sugeriste acerca de que hacer para empatar con ella. Tú..... cambiaste bastante durante el tiempo que no te vi, ahora eres más sociable, porque incluso conseguiste más amigos y amigas que yo con todo el tiempo que estuve aquí, es más, lograste que se te declararan dos de mis amigos; eres alegre y particularmente linda.....

No daba crédito a mis oídos: ¿cómo es que sabía acerca de las declaraciones? ¿Por qué pensaba que yo era linda? ¿En qué momento se le aflojó un tornillo?

  • ¡Oh, vaya! Mira que me estás preocupando Joel, lo que tienes como bebida debe tener alcohol o quizás le metiste estupefacientes o delirantes....
  • ¡No! ¡escúchame! Lo que pasa es que yo......... te conocí realmente este verano...... lo que pasa es que...... tú a mí me gustas mucho, de verdad........ yo..... te amo Jane.

Y descubrí de pronto que estábamos en una posición muy parecida a la de la pose de esa tarde, su rostro se acercaba al mío, aún estupefacto, luego sus labios fueron a por los míos y acorde como se presionaban mutuamente mis ojos se cerraron y mi cuerpo se acercó para concordar perfectamente en sus brazos y mis manos se deslizaron hacia su rostro.



Después, como hacía tiempo no pasaba, la lluvia de verano empezó a caer a gruesas gotas sobre nuestras cabezas, esa noche de verano, en aquel parque

Lejos de todo.

29 sept 2009

El capullo

Este es un poema que compuse para una amiga muy querida, en honor a todo lo que ella pensaba realmente, nunca decía nada en palabras, pero sí en sus expresiones.

Sí, fui yo
aquella persona que causó tus desgracias.
Sí, fui yo
la misma persona que enjugó tus lágrimas.
Sí, fui yo
y lo acepto aunque me parta realmente el alma
Sí, fuiste tú
quien vertió oscuridad en mi alma.


¿Cómo?, me preguntas
¿Por qué?. cuestionas
yo te respondo, mi pequeño capullo marchito
Busca y verás.
Busca en tu memoria todo aquello que pasó
Busca en tu memoria si algo malo ocurrió.


¡Ah! Bandido, dices que nada hay
Pues nada más te digo
que recuerdes lo más cruel que has hecho hasta hoy.


Una Noche a comienzos de abril
mistura, gracia y tragedia se mezclaron ahí.
Un comentario para nada galante
le fue dado a una joven por parte de un caballero


¡Qué ruin, llamarlo de esa manera!
Totalmente indigno, que recibiera tal nombre.
Busca y encuentra te digo, mi capullo marchito
Busca y verás la similitud de palabras que ahora te digo.


Humillada en mil formas, sólo por un comentario
para nada merecido, pues la culpa impuesta era de otra el motivo.
su vida en sí, no carecía de motivo,
pero las vallas futuras crecieron hasta dejar ello en el olvido.


Por timidez o torpeza, trató de olvidar el hecho,
mudo de calle, de nombre y de techo,
mas fortuna quiso encontrarlos de nuevo,
mas no una noche de abril,
sino en un nuevo destierro.


Calidez había esa mañana, mi capullo marchito,
pero lo que pasaba era más frío que la tundra
un joven llorada, y una joven lo miraba.
"¿Qué pasa?", surgió´de la nada
"Se ha ido, y me ha dejado solo" en respuesta se dió
"¿Quién era?" preguntaron de Nuevo
"Mi apoyo, mi vida, mi alma, eso era ella"
"¿Tan importante era?"
"Si, era mi madre, mi compañía en la soledad
y mi apoyo en la angustia"
"Lo siento tanto" susurró.


Ella lo veía llorar copiosamente,
que no lo pudo evitar,
lo abrazó tiernamente, consoló sus penas
y aclaró su mente.


No se daba cuenta, mientras lo veía que era el mismo caballero
que como gracia y enredo le manifestó el funesto cumplido.
Reía cada vez que se veían a solas
Lloraba cada vez que el otro lo hacía.


Poco a poco superaron penas, y se venía encima la dicha
mas ahora mi amado capullo, ahora solo queda desdicha
Ella, estaba dispuesta a olvidar,
pero el recuerdo de esa noche
empezó como loco a aflorar.


"¿Qué pasó?", se preguntaba, pues el joven
no era como ella lo encontró,
"No cambió", concluyó, " Solo volvió a ser decepción".
Sola, herida en su orgullo y en el corazón
se vió en necesidad de poner en práctica
el plan del asolamiento interior.


Y ahora ves capullo mío,
como por tí llegué aquí,
tengo tu sangre en mi manos, e hidra en el corazón
Ahora, mi querido capullo, pregunto yo
¿Cómo fue que me cambiaste tanto?
¿Cómo llego yo hasta aquí?
Si la influencia de mi alma no fue suficiente para tí
¿por qué la tuya hizo tantos cambios en mí?


Te adoro capullo mío, pero te odio y te lastimo
Como tu amaste mi alma, como tú humillaste mi vida.
Quedo aquí tendida, con tu mano y la mía unidas
Sonríes y me llamas, como aquella pérfida noche de abril:
"Austera, pequeña y hermosa rosa, que me trajo a mi fin,
he aquí las palabras que dedico hacia tí".


Me embaucas de nuevo, mi precioso capullo
y caigo rendida de nuevo ante mi angustioso fin.